No hay mayor satisfacción que ver un trabajo terminado, una ilusión alcanzada, un reto conseguido. Una demanda de un colectivo que vive nuestro campo y nuestro olivar; nuestra idiosincrasia y nuestra cultura. El Grupo Parroquial de San Isidro Labrador, presidido por Miguel Ángel Campos Merino, ha visto, no sin poco esfuerzo, terminada esta ermita que se ha erigido en honor a su patrón. Mucho trabajo, no pocos quebraderos de cabeza y mucha gente que ha arrimado el hombro y desde hace años; el Ayuntamiento de Villacarrillo, arquitecto municipal, todos y cada uno de los miembros del grupo, párroco de Nuestra Señora de La Asunción, vecinos, particulares, empresas, artistas locales como Juani Carrillo y Ángel Peñuela que se han encargado de decorar el altar y elaborar el precioso cuadro que lo preside. Y muchas donaciones, muchas llamadas a puertas, que a veces se han cerrado, mucho insistir y aquí está. Ayer fue uno de esos días que se remarcan en la historia. La ermita fue bendecida por el Obispo de Jaén, don Ramón del Hoyo López y al acto acudieron todos los implicados; autoridades y muchos vecinos, muchos amigos. Emocionante ver este espacio, ya destinado en exclusiva al culto, lleno de gente, de vida y de devoción. Una ermita pequeña, sencilla. Está construida con humildad, como debe ser. Una fachada blanca que contrasta con el azul del cielo y el verde de nuestros campos.
Fotografías de José Luis Martínez.
Fotografías de José Luis Martínez.
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