POR DIEGO MARÍN LÓPEZ
ORGANIZADO POR EL CIJ DE VILLACARRILLO Y EL CENTRO GUADALINFO
De verdadera gesta podría tildarse la hazaña que el pasado fin de semana llevaron a cabo un puñado de jovenes en la olivarera ciudad de Villacarrillo.
Armados con bolsas de basura, unas calaveras de corcho, algunas ropas y una bolsa de maquillaje montaron todo un “Pasaje del Terror”, por el que desfilaron casi 300 visitantes, entre niños, jóvenes y adultos. Un total de 7 salas perfectamente definidas más el recibidor, dieron cuerpo: desde una funeraria hasta un cementerio, pasando por un gimnasio, una cárcel, un depósito de cadáveres, un salón y un dormitorio. Un pionero anticipo de la festividad celta de Halloween que sustituyó la sempiterna de botellón y garito, habitual en los fines de semana de la mayoría de nuestras poblaciones.
Y no es que pretenda con esta opinión resaltar el excelente trabajo de Mari Cruz como niña endemoniada, o el de los espectrales novios Raúl y Noelia, tampoco a Antonio, el asesino de la catana, ni a las siniestras vendedoras de féretros: Rocío y Lorena, a las Zíngaras Ana y Alba, al Exorcista José Gabriel, o a Fran, el loco de la motosierra, ni siquiera al inquisidor Miguel Ángel, a los cadáveres Sebi, Jhonny y Alvaro, a las Zombies Natalia y Lucía, o al conde vampiro Álvaro. Todos ellos magistralmente conducidos por el oscuro Mayordomo Rafa, y ambientados por el dinámico Toni. No, no es mi propósito ensalzarles…¡QUE TAMBIÉN!.
Solo quiero resaltar que no hay nada imposible si nadie te dice que lo es, que siempre puede enfrentarse ingenio y trabajo contra crisis, ilusión contra molicie, imaginación contra desgana, y solidaridad contra crítica, y eso es precisamente lo que hicieron magistralmente estos chicos y chicas. Quizá deberíamos tomar buena nota, quizá deberíamos preocuparnos más por la viga en nuestro ojo que por la paja en el ajeno, quizá deberíamos decir: ¿Te ayudo?, antes de decir: ¡habéis perdido los valores!, quizá aún sea posible dejar todo mejor que lo encontramos. Lo importante no es hacer cosas extraordinarias, sino cosas ordinarias extraordinariamente bien.
Seguid trabajando chic@s, lo que los demás piensen de vosotr@s, no es vuestro problema.
Diego José Marín López
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